jueves, 24 de abril de 2008

LA LIBERACIÓN SURGIRÁ DE LOS POBRES

LA LIBERACIÓN SURGIRÁ DE LOS POBRES
(El “Nican Mopohua”)

1. Un Mensaje a través de Símbolos

El relato del Evento Guadalupe fue originalmente escrito en náhuatl. El nombre de este relato (“Nican Mopohua”) le viene de sus dos primeras palabras en náhuatl que significan “En orden y concierto” o “Aquí se narra”...

Lo sucedido en Tepeyac recogía el Proyecto Indígena de enseñanza-aprendizaje hacia una Nueva Civilización y, al mismo tiempo, formaba parte de la crítica severa que, a niveles más amplios, se empezaba a hacer al régimen colonial y a la “conquista espiritual” como una evangelización impuesta o acompañada por la espada...

Guadalupe es un Evento Náhuatl, pero más ampliamente era un Mensaje desde el indio y para el indio, encarnado en el conjunto de los valores culturales indios fundamentales...

El Nican Mopohua está escrito en el náhuatl “clásico”, lenguaje llano, directo, suave, preciso, elegante, sonoro, bello, profundo, altamente significativo y sublime. Pero es importante destacar, sobre todo, que el Nican Mopohua está escrito con lenguaje simbólico, es decir, con un lenguaje que además de la comunicación que hace mediante las palabras, tiene un sentido más allá de las palabras, más profundo, más significativo, más rico, más pleno. Si se conoce el eje simbólico náhuatl y se lee este documento a partir de los símbolos, su significado es muchísimo más vasto y sorprendente, y logra explicar, en cierta medida, por qué para el pueblo mexicano el Evento Guadalupano es tan importante y trascendente...

El símbolo, como significante, satura un significado (‘objeto’ o ‘cosa’) con una significación aún más rica que la que nos ofrece la palabra. La riqueza de esa significación está en que el símbolo acumula en sí mismo varios significados y varias significaciones. Así, por ejemplo, el símbolo “flor” (xóchitl) es un significante que al significado de ‘flor’ (como el objeto real ‘flor’) le da la significación de verdad, de belleza, de autenticidad, además del significado más general de ‘filosofía’. A esta ‘saturación’ contenida en xóchitl, añadamos que la cultura náhuatl exige en su estructura que la comunicación más profunda se haga mediante difrasismos, es decir, unión completiva de dos palabras o de dos símbolos para expresar o referirse a un tercer significado unitivo más vasto y completo... Como decía Don Ángel María Garibay, nos ponemos así ante una ‘angustia’ de significación que quiere ver las cosas desde todos los ángulos posibles...

Los símbolos no son los mismos en todas las culturas. Por ejemplo, no en todas las culturas la flor es símbolo de la verdad. Para determinar el significado y significación de un símbolo en una cultura es necesario recurrir a los mitos de esa misma cultura. Los mitos son las ‘historias’ o las ‘explicaciones’ que tiene una cultura, mediante los cuales se “clarifican” o se hacen “aceptables” las significaciones de los símbolos en los que están representados los valores, los antivalores, los problemas, las contradicciones y las soluciones fundamentales que posee esa cultura. Pero, además, otra función del mito consiste en dar a sus explicaciones y a sus símbolos un significado y un sentido permanentes, sincrónicos, que los pone en un instante en el pasado, en el presente y en el futuro. En este caso los mitos no son ‘históricos’, son más que históricos, se refieren a todos los momentos históricos y no solamente a uno solo. Así, por ejemplo, el pobre Nanahuatzin, sacrificado en el Mito del Quinto Sol, es el pobre de siempre, el que siempre es sacrificado y por cuyo esfuerzo vive el mundo de siempre, la sociedad de siempre, hasta que su sentido espiritual logre que nazca un mundo nuevo...

Esto que estamos explicando es fundamental porque el significado del simbolismo del Nican Mopohua no podrá traerse legítimamente sino de la misma mitología náhuatl... Si a un símbolo del Nican Mopohua le damos el significado o la significación de otra cultura, por ejemplo, de la hebrea, estaremos falseando y distorsionando al Nican Mopohua; es más, estaremos ofendiendo al pueblo y a la cultura náhuatl, porque de hecho ya le ha dado significado propio a sus símbolos y no tiene necesidad alguna de que se lo vengan a dar de fuera... Lo náhuatl le tiene que decir a las demás culturas lo que es lo náhuatl; a su vez la cultura náhuatl escucha lo que le dicen las demás, y cada una –por lo menos esa es la esperanza- se enriquece con lo que los sujetos de esa cultura aceptan...

Don Primo Feliciano Velázquez tradujo el relato del Nican Mopohua, en 1926, al castellano. Con ello indudablemente prestó un gran servicio al pueblo mexicano, en su mayoría ignorante ya del idioma de sus antepasados. Pero, al mismo tiempo, clausuró con ello el acceso a la riqueza encerrada en el texto original...

Por tal razón, en este trabajo iremos “leyendo” la traducción del original náhuatl, y al mismo tiempo iremos ahondando en los significados simbólicos más importantes de sus palabras o conjuntos de palabras. Así podremos constatar la enorme diferencia entre “leer” con una óptica no náhuatl (que de cualquier modo percibe hechos muy interesantes, pero los interpreta de manera muy simple y sin la riqueza que realmente contienen) y leer con una óptica náhuatl (que sorprende a quien lee así y lo hace parte de una “historia transhistórica” que lo interpela personalmente, lo ilumina, lo transforma, y lo hace tomar decisiones nuevas si esta “historia” se encuentra con alguna forma de ascendiente náhuatl en su interior)...


(Este artículo, basado en Flor y Canto del Tepeyac,
de Clodomiro L. Siller A., continuará próximamente)


Álvaro, Diácono en Resistencia

jueves, 17 de abril de 2008

¡ADELANTE LAS BRIGADAS!


¡ADELANTE LAS BRIGADAS!

CONSTRUYENDO SOBRE LAS RUINAS (2)


En mi casa ya no hay vida...

En mi patria hay sólo ruinas...

Sólo hay polvo y hay cenizas...

Destrucción, miedo y vacío...

Soledad, dolor y frío...

¡Oh, Señor, oye mi grito!... ¿Dónde estás?


Reflexionamos en la primera parte de la crisis sociopolítica y de valores que vivimos actualmente en México...


0. Una honda crisis


Y hablamos de tres actitudes o pasos que había que tomar frente a esta crisis:

1. Toma de conciencia y de decisión

2. Abrir los ojos

3. Quedarse y enfrentar el problema… Ponerse a trabajar


En esta segunda parte, plantearemos un importantísimo cuarto paso frente a cualquier crisis, especialmente respecto a la actual crisis mexicana:


4. Trabajar todos… juntos… cada uno frente al sitio que le toca…


Sigue contando la historia de Nehemías: “El sacerdote principal Eliasib y sus hermanos, los sacerdotes, se encargaron de construir la Puerta de las Ovejas. La hicieron, colocaron sus hojas y continuaron hasta la torre de Jananeel. Al lado de ellos trabajaron los de Jericó, y más allá Zacur, hijo de Emrí. De la puerta de los Peces se encargaron los hijos de Sena. La armaron y fijaron sus hojas, barras y goznes… A continuación reconstruyó Mesulam, hijo de Berequías, hijo de Mesezabel, y a su lado reparó Sadoc, hijo de Baaná” (Nehemías, 3,1-4)…

Este relato nos enseña que no fue un solo hombre, ni una sola familia la que reconstruyó las murallas… Fueron todas las familias… Fueron juntos todos… cada uno reparó el lugar que estaba frente a su casa... Esta es la cuarta cosa que logró Nehemías frente a la crisis y la destrucción: Que cada uno trabajara en el lugar que le tocaba...

Ha de ser lo mismo en nuestra Lucha y en nuestra Resistencia… No es cosa de uno solo. Tenemos personas grandes, generosas y valiosas en nuestro Movimiento, pero cada uno de nosotros tendrá que hacer lo que le toca si queremos que estén a salvo nuestras personas, nuestros hijos, nuestra Patria y nuestra civilización… Cada uno en su alma, en su matrimonio, en su familia, en su barrio, en su pueblo… Cada uno levantando su pedazo de muralla caída…

Por eso, releamos el relato y pongamos allí nuestros nombres y apellidos, porque esa vieja historia ilumina nuestra propia y nueva historia: A los López les toca reconstruir de aquí para allá… A los García les tocó desde ese lugar hasta ese otro… A los Hernández de allí para allá… A la Brigada Rosario Ibarra se le ha encargado tal sitio y tal actividad… A la Brigada Libertad se le ha pedido que resguarde aquel lugar específico… A la Brigada Quinto Sol se le ha responsabilizado de tal Acción de Resistencia… A los diputados y senadores –los dignos y libres- les toca tomar las tribunas legislativas... Cada quien su pedazo, cada quien su parte… Tod@s organizad@s, disciplinad@s y generos@s en la Lucha y en la Reconstrucción

Si alguien deja un boquete porque no quiso trabajar lo que le tocaba, junto con esa familia o esa Brigada estamos todos en peligro… Nuestros adversarios podrán infiltrarse, entrar y destruir si no trabajamos TODOS y JUNTOS…

¿Cuántos quieren que haya paz, justicia, libertad, democracia en todo el mundo?.... ¿Y cuántos tienen paz, justicia, libertad, democracia en su propia casa, en su colonia, en su municipio?... Si cada uno desde su propio lugar, en los metros cuadrados que le tocan de familia, de vecindario, de sociedad, empieza a “construir la paz, la justicia, la libertad, la democracia” entonces podrán generarse todos esos valores en el mundo… Porque la paz del mundo, su justicia, su libertad, su democracia es la suma de los pedacitos del mundo que son cada una de nuestras casas y pueblos…

Cada uno hemos de trabajar en donde estamos colocados. Con lo que somos y tenemos. Con nuestras cualidades, pero también con nuestras carencias y limitaciones… Tal vez has de comenzar por trabajar en ti mismo… ¡Reconstrúyete, hermano! ¡Levántate, compañer@ de Lucha!... Tú eres, tal vez una muralla destruida y en ruinas. Eres un boquete que pone en peligro a tu familia, a México, al Movimiento hacia una Nueva República… ¡Levántate! ¡Sánate! ¡Vuelve a la Lucha y a la Resistencia!... ¡Reencuentra la esperanza! ¡Empieza de nuevo!... ¡Continúa la lucha, sin desmayar! ¡Aunque duela! ¡Aunque sangres! ¡Aunque no puedas más!...


“Hijo, ¡tú no tengas miedo!...

¡En mis brazos yo te llevo!

¡Tu País está en mi Pecho!

¡Sólo mira bien tu alma!

¡Y encontrarás la esperanza!

¡Con tu fe... nuevas murallas... construirás!”


No pienses que el trabajo es de los demás… Tú también tienes que reconstruir y cambiar la porción de mundo que te toca comenzando por ti mismo y luego con los que te rodean y luego incluso más allá, mirando al mundo, mirando a tu país… La paz en ti… La justicia en tu familia… La libertad en medio de tu municipio y de tu estado… La democracia real y verdadera en nuestra Patria…

¿Andan mal las cosas en el mundo y en México?... Comencemos a que anden bien en lo que de nosotros depende, en lo que a nosotros nos toca… Tal vez no podrás cambiar el mundo… Tal vez no podrás cambiar a tu familia… Bueno, tal vez ni siquiera podrás cambiarte a ti mismo… Pero puedes luchar, puedes intentar, puedes resistir… Puedes sembrar las mejores semillas que hay en tu corazón por los caminos en los que toque transitar y dejar que el tiempo y la magia de la vida hagan brotar las flores y los frutos…

Tal vez haya cien boquetes en tu alma… Te sientes débil y egoísta e incapaz de perseverar… Cientos de hoyos en las murallas de tu espíritu que no te permiten ser el papá o la mamá o el esposo o la esposa o el hijo o la hija, o el ciudadano o ciudadana que tú quisieras… Pero hoy esta historia bíblica y la propia situación mexicana te invitan a levantarte y comenzar a hacer mezcla y pegar algunos ladrillos, al menos en uno de los boquetes de tu corazón o de tu casa o de tu pueblo… Un hoyo a la vez, compañer@… Un ladrillo a la vez… Tu alma, y tu familia, y tu serán un poco mejor hoy con el ladrillo que hoy pongas, con la semilla que hoy siembres… No quieras ya hoy mismo toda la muralla… Ve poco a poco… Confía en los demás… Confía en Dios… Confía en el tiempo… Confía en el interior de tu interior…

No esperes a que México y el mundo cambien. Empieza a cambiar tú… No esperes a que los demás se esfuercen o trabajen. Esfuérzate tú y ponte a trabajar tú en la parte que te toca… No importa si son tareas pequeñas o grandes… No importa si a veces sí y a veces no… No importa si a veces menos y a veces más… Trabaja colocando los ladrillos que hoy te sean posibles. Siembra hoy las mejores semillas que tengas en el jardín de tu corazón… Eso es lo único que Dios y/o tu humanismo te piden. No te piden toda la muralla y ya hoy mismo. Dios, y lo mejor de tu corazón, sólo te piden la fe o la esperanza o el amor que puedas dar hoy…

No pongamos ya más pretextos… “Es que los demás”… ¡Nosotros somos los demás de los demás!... “Es que la gente”… Nosotros también somos gente… No cometamos el error de juzgar a los demás, compañer@s de combate. ¡Juzguémonos a nosotros mismos!... No nos entretengamos en ver los errores y defectos y las incongruencias de otr@s... Fijémonos en nuestros propios agujeros… Mirémoslos con mucho cuidado… Y pongámonos de pie… Y comencemos a reconstruir la parte de muralla que nos toca…


¡Levantemos la muralla!

¡Cada uno en su lugar!

¡Continuemos la batalla!

¡No dejemos de pelear!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡No haya nada que nos haga claudicar!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡Trabajemos... en la Obra... hasta el final!


(Este tema continuará próximamente)


Álvaro, Diácono en Resistencia

miércoles, 2 de abril de 2008

CONSTRUYENDO SOBRE LAS RUINAS


CONSTRUYENDO SOBRE LAS RUINAS


En mi casa ya no hay vida...

En mi patria hay sólo ruinas...

Sólo hay polvo y hay cenizas...

Destrucción, miedo y vacío...

Soledad, dolor y frío...

¡Oh, Señor, oye mi grito!... ¿Dónde estás?


0. Una honda crisis

México vive una de las crisis más hondas de su historia... Los ricos y poderosos se están robando el País, se lo están comiendo, lo están despedazando... La mentira, la hipocresía, el cinismo, son las armas “de precisión” que lo están dejando en ruinas... La pobreza, la enorme desigualdad, el sufrimiento de nuestro pueblo crecen sin que, al parecer, nada ni nadie quieran y puedan evitarlo... ¿Cómo una persona espiritual vive en medio de una crisis como esta, cómo la enfrenta?... Tal vez el siguiente relato pueda alumbrar un poco en medio de esta noche mexicana...

En el mes de Nisán, el año veinte del rey Artajerjes, estaba cumpliendo mi oficio de copero. Tomé el vino y lo presenté al rey. Anteriormente, nunca había estado triste ante él. Me dijo entonces el rey: ‘¿Por qué esa cara tan triste? Tú no estás enfermo. ¿Acaso estás preocupado por algo?’. Yo quedé indeciso. Y dije: ‘Viva por siempre el rey. ¿Cómo no he de tener tristeza, cuando la ciudad donde están las tumbas de mis padres se encuentra en ruinas, y sus puertas quemadas?’. El rey me dijo: ‘¿Qué deseas entonces?’. Pedí ayuda al cielo y le dije al rey: ‘Si al rey le parece bien y está conforme con mi trabajo, mándeme al país de Judá, a la ciudad en que se encuentran las tumbas de mis padres, para que yo la edifique de nuevo’... Y él me permitió salir... y emprendí el camino hacia mi pueblo ” (Nehemías 2,1-6)...


1. Toma de conciencia y de decisión

Nehemías, en aquel entonces, como much@s mexican@s hoy, estaba “bien” a pesar de la crisis de su pueblo. Tenía un gran empleo con excelente salario y privilegios (“Copero del rey”)... Estaba “lejos” de su pueblo y pudo hacerse el desentendido... Vivía tranquilo y contento y pudo simplemente “dedicarse a sus asuntos”... Pero no. Se puso triste (“No puedo sentir felicidad ni paz mientras mi pueblo está en ruinas”)... Le habrán dicho sus amigos que no se metiera en problemas “ajenos”, que él tenía una “familia” y un trabajo qué atender, que se olvidara de su pueblo... Sin embargo, él, como también much@s mexican@s que están “bien” pero saben mirar al frente y hacia atrás y a los lados, se dio cuenta de que aquellos problemas “ajenos” en realidad eran también suyos. Él se comprendía como parte de un barco que se estaba hundiendo y no habría de dejarse hundir junto con todos alegando que “el barco no es suyo”... Proteger “mi casa”, “mi familia”, no es suficiente. Hay que poner murallas para proteger “todas las casas” si realmente queremos estar a salvo todos... Nehemías, como much@s hoy en México, seguramente pensó: No es cuestión de “yo resuelvo mis problemas y que los demás vean lo que hacen con los suyos”... Tomó conciencia. Tomó decisión (“Déjame ir a reconstruir la ciudad de mis padres”). Y, como tú y como yo y como much@s, “se puso en camino” a tratar de hacer algo...

Sigue contando la historia: “Llegué a Jerusalén y estuve allí tres días. Luego me levanté de noche, acompañado de unos pocos hombres, sin decir a nadie lo que yo pensaba hacer en Jerusalén, según mi Dios me lo había inspirado. Llevando únicamente el caballo en que iba montado, salí de noche por la Puerta del Basural. Observé la muralla de Jerusalén arruinada y las puertas quemadas. Seguí hasta la Puerta de la Fuente y el estanque del rey, pero no había por donde pudiera pasar mi caballo. Entonces subí de noche por la barranca. Observé cómo estaba la muralla y volví a entrar por la Puerta del Valle. Luego regresé a la casa. Los consejeros no supieron dónde había ido ni lo que había hecho. Hasta este momento no les había dicho nada a los judíos, ni a los consejeros, ni a los sacerdotes, ni a los notables, ni a ninguno de los que tenían un cargo público” (Nehemías 2,11-16)...


2. Abrir los ojos

¿Qué es lo segundo que hace Nehemías? Abrir los ojos (lo que se llama en Sociología y en Teología el “análisis de la realidad”)... Se puso a inspeccionar y a descubrir lo que necesitaba reconstrucción… Porque... no podemos tener los ojos cerrados… Tenemos que ver dónde están los boquetes y cuáles son las partes más vulnerables... Mucha gente “religiosa” –que no espiritual- cree que hay que “cerrar los ojos al mundo” y a sus problemas... Much@s mexican@s, por desgracia, no quieren ver, ni pensar, ni trabajar: “Yo con nadie me meto... yo a nadie le hablo”... “No le des importancia”... “Ya pasará, ya se solucionará”... “No hay remedio”... “¿Para qué le mueves?”... Much@s agarran su trabajo o sus bienes o su vicio o lo que sea, para “no ver”... Much@s agarran la tele o l@s amig@s o las diversiones para “no darse cuenta”... como el avestruz –que mete su pequeña cabeza en un agujero creyendo que así el cazador no le va a ver ni a dañar-...

Continúa Nehemías su relato: “Entonces les dije: ‘Ustedes mismos ven la triste situación en que nos encontramos por el hecho de que Jerusalén está en ruinas y sus puertas quemadas. Vamos a levantar de nuevo la muralla de Jerusalén y a terminar con esta situación humillante’. Y les conté cómo la mano bondadosa de Dios me había ayudado, y lo que el rey me había dicho. Todos dijeron: ‘Pongámonos a trabajar’. Y se animaron unos a otros para realizar esta buena obra” (Nehemías 2,17-18)...


“Hijo, ¡tú no tengas miedo!...

¡En mis brazos yo te llevo!

¡Tu País está en mi Pecho!

¡Sólo mira bien tu alma!

¡Y encontrarás la esperanza!

¡Con tu fe... nuevas murallas... construirás!”


3. Quedarse y enfrentar el problema… Ponerse a trabajar

Muchos, ante los problemas, se marchan, le sacan la vuelta… ¿Qué es lo tercero que hace Nehemías una vez que descubrió la magnitud del problema? Quedarse y enfrentar el problema... Ponerse a trabajar...

Ver los problemas de tu persona, de tu pueblo, de tu País no es para que te decepciones y abandones sino para que brote el deseo en tu corazón de mejorar las cosas, de cambiar las cosas, de ayudar en la reconstrucción de lo que se está destruyendo… No basta con saber lo que pasa… Hay que ponerse a trabajar para solucionar esos problemas… Sin desánimo, ni desesperación…

Jesús, en su propia lucha por la liberación de su pueblo, nos da ejemplo de esto cuando en su vía crucis doloroso “le ofrecieron hiel y vinagre” y “él no lo quiso tomar” (Era una sustancia para que no le doliera, para “dormir”, como un anestésico)… Jesús dijo: “No. Muchas gracias. Quiero estar bien despierto”… Jesús nos enseña a enfrentar “conscientes” nuestros problemas…

¿Cuántas personas en México, cuando ven a su familia o a su sociedad o a su País en proceso de destrucción o ya en ruinas, huyen del problema “durmiendo” y “anestesiándose” con alcohol o tele o indiferencia o lo que sea para no saber, para no sentir?...

No. Nada de abandonar. Nehemías les dijo: ¿Ya se dieron cuenta cómo estamos? Pues… ¡¡¡A trabajar!!!.... ¡¡¡A levantar las murallas!!!... ¡¡¡A reconstruir el País!!!... Sí. Hay serios problemas económicos, políticos y sociales. Sí. Hay mucha corrupción e impunidad. Sí… Pero no hay que perder la esperanza. Hay que levantarse de las ruinas de nuestra vida y empezar a reconstruir de nuevo una existencia feliz. O hay que comenzar a hacer que suceda…

Nehemías, en su tiempo y en sus circunstancias, como much@s mexican@s aquí en México, ante los enormes boquetes y ante la devastación no se sentó a llorar o a escupir quejas amargas. Se puso a buscar quiénes podrían ayudarle y se puso a trabajar… Es esta la postura de una persona verdaderamente espiritual, de una persona con un mínimo de humanidad, ante cualquier crisis, sea personal o familiar o social…


¡Levantemos la muralla!

¡Cada uno en su lugar!

¡Continuemos la batalla!

¡No dejemos de pelear!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡No haya nada que nos haga claudicar!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡Trabajemos... en la Obra... hasta el final!


(Este tema continuará próximamente)


Álvaro, Diácono en Resistencia

viernes, 21 de marzo de 2008

EL SACRIFICIO DEL AMOR


EL SACRIFICIO DEL AMOR


La “Semana Santa” es la memoria viva –y como viva, presente y actuante cada vez- de un acontecimiento heroico, sagrado y liberador: El Sacrificio del Amor...

Al hablar del “Sacrificio del Amor”, lo primero es no malentender o malinterpretar la palabra “Sacrificio”... Sacrificio viene de dos palabras latinas: “sacer” o “sacri” que quiere decir “santo” o “sagrado”, y “facere” o “ficio” que quiere decir “hacer”. Entonces, “sacrificio” quiere decir: “hacer cosas santas o sagradas”. No es entonces meramente “algo que cuesta”, sino “un poder para bendecir, para espiritualizar, para servir”. El que “se sacrifica” en bien de otro, bendice a ese otro, lo hace santo, le da gratuitamente algo grande y espiritual, ¡pero también el que “se sacrifica” en bien de otro, se bendice a sí mismo, se santifica y se da a sí mismo algo grande y espiritual!... Cuando se comprende esta doble vía de bienes y bendiciones se está más libremente y más alegremente dispuesto al sacrificio...

Por otra parte, el “sacrificio” es fundamentalmente una acción “sacerdotal”, no solamente, ni principalmente, en el restringido sentido de “sacrificar a otros”, sino también y sobre todo en el sentido de “sacrificarse a uno mismo”... De hecho, la palabra “sacerdote” se origina también en dos palabras latinas: “sacer” que quiere decir “santo” o “sagrado” y “dare” o “dote” que quiere decir “dar”. Entonces, “sacerdote” quiere decir “el que da las cosas santas o sagradas”... La unión de ambos conceptos, en el ser y función de un sacerdote, nos hace comprender mejor que para que un sacerdote dé las cosas santas y sagradas, a sí mismo y a los demás, el camino fundamental es “el sacrificio”...

En el Movimiento Obradorista o en cualquier otro Movimiento de Izquierda, en cualquier país, hacen falta médicos, psicólogos, educadores y sanadores sociales con sentido y capacidad de “sacrificio”, y, por ello y sobre todo, también “sacerdotes”... Para asumir y aprovechar esta potencialidad “sacerdotal” en beneficio de los demás, especialmente de los más pobres, hay que desprenderse de un sentido elitista, restringido y clasista del concepto “sacerdote” y abrirse a su sentido más universal y al alcance de tod@s (en muchas espiritualidades, y ciertamente en la católica, se habla del “sacerdocio bautismal” como prerrogativa de tod@s los que siguen esa espiritualidad y no sólo de los ministros especializados del culto)...

Pero no nos gusta esa tarea “sacerdotal”, por presentir que implica sacrificio. Tal vez querríamos ser servidores y luchadores sociales sin necesidad de este aspecto espiritual-sacerdotal. Y, con frecuencia, si al fin nos decidimos, somos sacerdotes o empezamos a ser sacerdotes un poquito a la fuerza... Hay un texto bíblico que puede iluminar la idea de ese sacerdocio-sacrificio al que espontáneamente nos resistimos, pero que puede ser extraordinariamente valioso y liberador para nuestro pueblo, y en general para quienes nos rodean... Dice el Evangelio de Marcos, 15, 21: Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz”... Meditemos un poco, y fijémonos ¡cuánto puede decir un solo versículo de la Biblia!... Imaginemos la escena... ¿Qué dice aquí? Que había un hombre que se llamaba Simón, del pueblo de Cirene... Y que lo tuvieron que obligar. ¿Qué quiere decir eso? ¡Que no era ningún voluntario! ¡Lo tuvieron que obligar! ¿A qué lo obligaron? A llevar la cruz, de Cristo y con Cristo... Pareciera que están hablando de nosotros, ¿verdad? Hay cosas en la vida, en el trabajo, en el hogar, en una Iglesia comprometida con el pueblo, en este Movimiento de Resistencia, que no queremos, que nos “obligan”, que van en contra de nuestra voluntad, pero que sentimos que tenemos que hacer o que, ni modo, tenemos que apechugar... ¿Ustedes creen que Simón de Cirene estaba contento, estaba feliz, cuando le dijeron, ¡vas a caminar al lado de este condenado llevando su cruz!... ¡No! ¡A Simón de Cirene no le gustó la idea! Lo tuvieron que obligar... A veces a nosotros nos obligan y a veces somos nosotros los que tenemos que “obligar” a otras personas a caminar como Cristo y con Cristo, llevando la cruz... Y Simón de Cirene -me lo imagino, la biblia no lo dice pero podemos suponerlo- ¡venía cansado! Porque, ¿de dónde venía? ¡Leímos que “venía del campo”! ¡Venía de trabajar! ¡Venía cansado! ¡Como yo y como sé que muchos de ustedes también a veces! ¡Estamos cansados!... Y podemos decir: “¡Ah, otra lucha, otra reunión de trabajo, otro hermano que me necesita, otra acción de Resistencia! ¡Otro fin de semana que tengo que sacrificar! ¡Hoy no tengo ganas de ir!”... Pero Simón de Cirene agarró la cruz. Me imagino que tal vez miró un poco feo a Jesús. Tal vez le dijo: ‘Te metes tú en problemas y a uno lo ponen a cargar con tu cruz’...

Lo importante de esta historia bíblica es que nos ayude a comprender que esta “obligación” es ya una forma de “Sacrificio”, de “Amor de Sacrificio”, como una Tremenda Fuerza Liberadora en favor de nosotros mismos y de los demás... Expresemos esto en forma de canto:


SANGRE DE CRISTO



Yo no lo quería, a mí me obligaron,

la cruz me cargaron, a mi casa yo iba.

Venía yo cansado y en los míos pensaba,

para ellos vivía, pues yo les amaba...


Tal vez Simón de Cirene dio forzado sus primeros pasos, pero poco a poco como que le agarró el modo, se acomodó la cruz, y… ¿se imaginan qué pasó? ¡Su túnica se llenó de sangre! ¿Sangre de quién? Sangre de Cristo... ¡Sus manos se llenaron de sangre! ¿Sangre de Quién? Sangre de Cristo... Y empezó a sudar, y se limpiaba el sudor y luego en la túnica se secaba las manos. ¡Su túnica quedaba llena de sangre! ¿Sangre de quién? Sangre de Cristo... Intentemos meternos en la experiencia del Cireneo:



Yo no lo esperaba: ¡mis ropas mancharon!

¡Rojo había en mi manto!

¡Sangre había en mis manos!

¡Sangre de Aquel Pobre

que a la cruz llevaban!

¡Sangre y llanto y barro que yo no deseaba!...


¿Se dan cuenta? ¡Esto expresa otro simbolismo del Amor de Sacrificio: No hay Sacrificio sin sangre! ¡Amar es sangrar y dar la sangre, dar la vida! ¡Jesús en la Liturgia Eucarística se sacrifica nuevamente, cada vez, cada misa, y derrama su sangre como bebida-ofrenda-medicina para nosotros! ¡Y cada uno de nosotros en la Asamblea Eucarística es (o debiera ser) como un Simón de Cirene que se asocia al sacrificio de Cristo y se baña, se impregna de esa Sangre transformadora y liberadora (en la Consagración y en la Comunión), y la hace suya!... Miremos, además, con visión profunda, que sucede exactamente lo mismo en la gran Misa sobre el Mundo de la que habla Teilhard de Chardin –esa suma de todos los esfuerzos, sufrimientos y trabajos de todos los seres humanos- y mirémonos cada uno de nosotros como fieles participantes en esta Gran Misa en la que miles de humildes sacerdotes en el mundo se ofrendan y se sacrifican y sangran su savia-vida-medicina que es como una gran Fuerza Interior capaz de transformarnos y de transformar el mundo-nuestro mundo y que se derrama sobre tod@s...

Ese día Simón de Cirene llegó tarde a su casa. Pero cuando llegó -la Biblia no lo dice, pero podemos suponerlo-, su esposa y sus hijos (porque dice que era el padre “de Alejandro y de Rufo”) salieron, y cuando lo vieron todo ensangrentado... pues, ¡se asustaron!... ¿Qué te pasó?... A mí, nada. A un hombre que llamaban Jesús, lo crucificaron... Pero, ¿y esa sangre?... Esa sangre no es mía, es Sangre de Cristo...



Al llegar a casa, los míos se asustaron

y me preguntaron: ¿quién te ha lastimado?

¡No se asusten, hijos, la Sangre no es mía!

¡Yo estoy sano y salvo, no temas, querida!...


Y, claro, ¡la esposa lo abrazó! ¡Los hijos también!: ‘¡Ah, qué descanso, ya nos habías asustado, creíamos que era tu sangre!’ Y... sin darse cuenta... ¡en ese abrazo, les compartió de la sangre de Cristo a ellos!... ¡Sin saberlo, abrazó a su familia con Sangre de Cristo!...



Luego me abrazaron, de alegría llorando.

Y al yo abrazarles, ¡también se mancharon!

¡De Sangre sus rostros! ¡De Sangre sus almas!

¡De Sangre de Cristo ellos se impregnaban!


¡La Sangre de Cristo

yo llevé a mi casa!

¡Les llevé a los míos

la Sangre que salva!


¡Sangre en sacrificio!

¡Sangre ofrendada!

¡La Sangre de Cristo!

¡Sangre muy amada!


¿Se dan cuenta? El que en la Liturgia Eucarística en una pequeña iglesia o en la Misa sobre el Mundo es bañado, impregnado realmente con la Sangre de Cristo, puede realizar también simbólica y realmente, como Sacerdote, en su casa o en el trabajo o en su Acción de Lucha y de Resistencia, el momento principal y fundamental de la Liturgia Liberadora: EL SACRIFICIO DEL AMOR, al llevar a su familia, amig@s, compañer@s, la Sangre de Cristo (y, claro, lo que implica de compromiso, de cambio, de perseverancia, de más y mayor sacrificio de amor y fidelidad)... ¡Es como si a través del gesto de su amor sacrificado (expresado aquí en esta historia con el abrazo a sus hijos) papá-sacerdote realizara la Consagración y diera a los suyos la Comunión (es decir, la misma Sangre de Cristo de la que él ha participado y que ha recibido de Jesús-Eucaristía)... Como si con sus gestos y acciones de Lucha y de Resistencia, una persona comprometida por su pueblo se convirtiera en sacerdote o sacerdotisa que realiza igualmente la Consagración y da a quienes sirve la Comunión...

La historia que hemos leído en el versículo sobre Simón de Cirene no termina allí... ¡En el momento en que Simón llegó “manchado” con Sangre de Cristo y abrazó a su familia algo mágico ocurrió en esa casa, y surgieron dos grandes cristianos servidores que se llamaron: Alejandro y Rufo! ¿Por qué creen ustedes que San Marcos los llama por su nombre? Porque los que leían el Evangelio de Marcos conocían más a Alejandro y a Rufo que a Simón... Por eso dice: ¿saben quién es este Simón de Cirene al que cargaron la cruz? ¡El papá de Alejandro y Rufo!... Cuando en una referencia se menciona a los hijos es porque los hijos son más conocidos... Y si les queda alguna duda leamos la Carta a los romanos (su Evangelio, Marcos lo escribe para los romanos y los romanos sabían quién era Alejandro y quién era Rufo), capítulo 16, versículo 13: “Saluden a Rufo, el escogido del Señor y a su madre que ha sido como una madre para mí”... ¿A quién le manda saludos San Pablo? A Rufo, uno de los hijos de Simón de Cirene. ¡Saluden a Rufo! ¿Cómo lo llama? ¡El escogido del Señor! ¿Y cuándo el Señor escogió a Rufo? ¡Cuando su papá, algo a la fuerza, como muchos, empezó a llevar la cruz con Cristo, la cruz del Amor de Sacrificio!... ¡Uno nunca sabe! ¡Tal vez hacer eso que tanto te cuesta, como estar luchando por tu pueblo, tal vez esas pruebas que sufres o esa enfermedad o esos contratiempos, tal vez todo eso es Sangre de Cristo de la que te impregnas y que llevas a los tuyos, o a los pobres o a desconocidos en México y en el mundo, y a través de esa Sangre que tú les llevas se transforman en escogidos, en elegidos de Dios!... ¡Uno nunca sabe! ¡Ahí está el Sacrificio, ahí está el Verdadero Amor, ahí está La Roca sobre la que se edifican las cosas que valen la pena!... Y de la esposa de Simón de Cirene, la mamá de Rufo, dice San Pablo: ¡Ha sido como una madre para mí! ¡La casa de Simón de Cirene se convirtió en un lugar donde apoyaban fuertemente a los seguidores de Jesús! Porque este hombre llevó Sangre de Cristo a su casa... ¡Uno nunca sabe! ¡Tal vez cuando apoyas fuertemente a este Movimiento, a los pobres y enfermos, cuando luchas contra la injusticia y la opresión, especialmente si eso te trae dificultades, problemas, trabajos que te cansan, estás siendo bañado con Sangre de Cristo, Sangre de Amor sacrificado que levanta, que libera y que te bendice a ti y a los tuyos y a los pobres de nuestro pueblo!...

¡Por eso, hoy y aquí, pidamos la Bendición de lo alto! ¡Dios bendiga a los Simón de Cirene en Lucha y en Resistencia, comprometidos con su pueblo! ¡Que están un poco cansados, tal vez!... ¡Ay, pero es que en mi familia se burlan de mí y no me entienden!... ¡Sígalos abrazando... con la Sangre de Cristo!... ¡Ay, es que no aguanto los malos modos de tal o cual compañero!... ¡Sígalo abrazando... con la Sangre de Cristo... ¡Ay, es que la gente no hace ningún caso y no se suman a la lucha!... ¡Ámalos, compréndelos, abrázalos... con la Sangre de Cristo!... ¡Ay, es que parece todo tan inútil y tan sin resultados!... ¡Tú sigue luchando y resistiendo! ¡Esa es la Sangre-Savia-Medicina que necesita el mundo y que necesita nuestro pueblo!...



Simón de Cirene, ¡sigue tú luchando!

¡Por los que tú amas sigue trabajando!

Y si Dios te escoge, y la cruz te carga,

¡no le tengas miedo! ¡Trae Sangre que salva!...


Simón de Cirene, ¡abraza a tu pueblo!

¡Con la Sangre Santa de Aquel Nazareno!

¡Cúbrelos del rojo de esa Sangre Amada!

¡De Sangre de Cristo cúbreles el alma!


¡La Sangre de Cristo

yo llevé a mi patria!

¡Les llevé a los míos

la Sangre que salva!


¡Sangre en sacrificio!

¡Sangre ofrendada!

¡La Sangre de Cristo!

¡Sangre muy amada!


Esto que estamos escribiendo-leyendo-reflexionando-compartiendo es como una Gran Liturgia -al menos como parte de la Gran Eucaristía sobre el Mundo-... Hay, aquí y ahora, una Energía Cósmica, un Amor Universal, una Fuerza Transformadora y Renovadora que se derrama sobre nosotros como una savia-sangre-medicina invisible, como Sangre de Cristo, como Sangre del Dios-Hombre, como Sangre de Todo lo Divino y como Sangre de lo mejor de Todo lo Humano... Y si permitimos que nos impregne, bebiéndola-recibiéndola, nos hará plenos de esa Energía-Amor-Fuerza y podremos compartirla con todos los próximos a nosotros... Podremos hacerlo ahora mismo en nuestras casas, o con nuestros amigos y vecinos, y especialmente con nuestr@s compañer@s de lucha...


SANGRE DE CRISTO (Video completo)


¡Feliz y comprometida Semana Santa! ¡Felices Pascuas! ¡Feliz Lucha y Resistencia! ¡Feliz Resurrección! ¡Feliz Victoria!...


Álvaro, Diácono en Resistencia

miércoles, 12 de marzo de 2008

ESPIRITUALIDAD AZTECA (Parte 3)


ESPIRITUALIDAD AZTECA,
ESPIRITUALIDAD UNIVERSAL
(Parte 3)


“Y los dioses trasmutados conocen que sólo la alianza con tal figura, que su forma hace ver como símbolo del hombre, les otorgará en plenitud la facultad creadora.


(Y esto es impactante respecto al pensamiento azteca-mexicano-mesoamericano: no se desconoce ni se rechaza lo real-espiritual, lo divino, lo trascendente; pero tampoco hay alienación ni pérdida de la propia identidad “real-espiritual-divina-trascendente”. No. El indígena mexicano se reconoce parte del Todo y en unidad con el Todo. Más aún, el azteca-olmeca-tolteca se reconoce y se valora a sí mismo en “sus dioses”, y sabe, con orgullo y una enorme dignidad, que “sus dioses” sólo se reconocen y se valoran y pueden ser-crear plenamente por él, con él y en él... No. Nada de “salvajes rudimentarios”, nada de “fanáticos” e “ignorantes” a los que se ha lavado el cerebro... “Salvajes rudimentarios” nosotros y nuestro pensamiento lineal, corto de miras, simplificador-distorsionador de lo real, reduccionista, “científico”, extranjerizado)...

“Descienden entonces hacia ella, y cada uno la ase, enroscándose en ellos, por un brazo y una pierna.

“Puede suponerse que en esta acción hubo un punto de tiempo donde las cabezas de las grandes serpientes, en su esfuerzo, se colocaron una frente a la otra, aproximando sus hocicos encolmillados.

“Y el cuerpo humano, situado bajo ellas, pudo aparecer como si les fuera cuerpo indivisible.

O bien, que las cabezas se tocaran en su parte posterior, dirigiendo hacia afuera el extremo de sus mandíbulas;

o la oposición de las dos serpientes por debajo de ambos pies;

e incluso que formaran en torno al rostro y las manos del hombre un círculo con sus cuerpos, uniendo sus colas en un punto, y poniendo sus cabezas una ante la otra en el punto opuesto.


“Se revela, así, la presencia de un ser humano, poblado las coyunturas por ojos y bocas; con su propio rostro, o con otro integrado por la forma y la fuerza de dos cabezas de sierpe, las dos serpientes divinas que sólo por la intervención humana pueden poner en efecto sus poderes sin término.

Por ello, en la simbología azteca y mesoamericana existen pinturas y esculturas que representan la “dualidad”,


pero existe aún más en su plástica un elemento “tercero” o “trino”


que unifica y trasciende la “dualidad” (por lo que es un error y un juicio arbitrario considerar a estas culturas como “dualistas”)...


Más aún, existe un símbolo pictórico y escultórico, muy frecuente en las civilizaciones mesoamericanas, muy original y profundo, llamado “quincunce”


y que simboliza su percepción-reflexión sobre lo real como una “doble dualidad” unificada por un punto “quinto” en el centro de la “doble dualidad” (especialmente si está rodeado por un círculo)... La Coatlicue es una escultura llena de simbología “dual” trascendida en lo “trino”, pero es, sobre todo, como un inmenso “quincunce” lleno de significados físicos-metafísicos-espirituales-artísticos de altísima profundidad... La parte “oculta” de la Coatlicue, su base,

es un claro “quincunce” que revela y explica el sentido, la unidad y la verdad de toda la escultura... ¿Es un “dios”? ¿Una “diosa”? ¿Un ser humano? ¿Varón? ¿Mujer? ¿Es un ser animal? ¿Serpiente? ¿Ave? ¿Yo? ¿No yo? ¿Pasado? ¿Presente? ¿Futuro? ¿Unidad? ¿Dualidad? ¿Trinidad? ¿Multiplicidad?... El “quincunce” que al mismo tiempo se oculta y se revela responde: Sí y no, a cada pregunta. Sí a cada par y a cada conjunto de elementos. Sí y sí, a cada pregunta. Sí a lo que se percibe y se comprende, más allá de los elementos, separados o reunidos… No. Nada de “salvajes rudimentarios”, nada de “fanáticos” e “ignorantes”... “Salvajes rudimentarios” nosotros y nuestro pensamiento lineal, corto de miras, simplificador-distorsionador de lo real, reduccionista, “científico”, extranjerizado…

Continúa el maestro Bonifaz: “Y llega la hora donde empiezan a hacerlo (‘poner en efecto sus poderes’). Pues entre ambas oprimen de tal modo al cuerpo humano,

que lo dividen en dos secciones.

(A partir de su cinturón-centro-cintura que une la muerte y la vida)

(Y a partir de su falda de serpientes multiplicadas; Coatlicue quiere decir "la de la falda de serpientes")

“Con una de ellas dan forma a la tierra, con la otra levantan el cielo.

¡El “cuerpo trino dioses-hombre” es un “cuerpo unido”, tierra-cielo! ¡Un solo cuerpo! ¡No hay ya división ni separación como la había antes de este encuentro dioses-hombre!... No tendría sentido este relato “cosmogónico” si nuevamente quedaran “los dioses” arriba, en el cielo, y el hombre-los hombres abajo, en la tierra… No. Ha sucedido algo trascendente, algo vital, esperanzador y pleno de significado y de fuerza: ¡Los “dioses” –nuevos “dioses”- se han quedado en la tierra sin dejar de estar en “el cielo”, se han transmutado, se han encarnado, se han humillado (etimológicamente “hecho tierra”), se han humanizado (se han hecho uno con el hombre)! ¡El hombre-los hombres –nueva humanidad- han tomado triunfalmente posesión del “cielo” sin dejar de pertenecer a la tierra, se han transmutado, se han espiritualizado, se han divinizado!... ¿No es grandioso? ¿No es algo que se ve y se comprende, si realmente comprendes y miras?... No. Nada de “salvajes rudimentarios”, nada de “fanáticos” e “ignorantes”... “Salvajes rudimentarios” nosotros y nuestro pensamiento lineal, corto de miras, simplificador-distorsionador de lo real, reduccionista, “científico”, extranjerizado…

El maestro Rubén concluye esta parte, diciendo: “Y el universo queda creado”

Concuerdo con el riguroso análisis que hace el maestro Bonifaz Nuño, pero, basado en sus propias reflexiones y descubrimientos, y en lo que yo mismo veo-reflexiono-descubro al contemplar la Coatlicue, me parece que hay que ir aún más lejos: “¿El universo queda creado”?... Sí y no. Sí, por supuesto, y en ese sentido es correcto hablar de “cosmogonía” o reflexión sobre “el inicio” del universo y del ser y se pueden hacer analogías con el “big bang” –como hace Nuño- y otras analogías físicas y metafísicas. Pero también “no” en el sentido de una creación ya “hecha” y “terminada”. No dice eso la reflexión azteca y mesoamericana representada en su plástica… Nuestros antepasados no contemplaban la Coatlicue, admirados y reverentes, por algo que hubiese sucedido en el pasado y que allí se significara –por grande que esto fuera debido a la comprensión de su propia e imprescindible participación-. No. Contemplaban la Coatlicue, arrodillados, extasiados, porque les significaba algo grande que estaba sucediendo en ese preciso momento y algo grande que sucedería muy pronto y a lo que esa imagen-escultura les estaba invitando a participar: ¡La creación, aquí y ahora, del mundo, de su cultura y valores! ¡La esperanza en un Nuevo Mundo, en un Quinto Sol, más allá de las oscuridades y sufrimientos previos-durante-y posteriores a la invasión extranjera!...

¡Coatlicue-Tláloc-Yolotlicue-Tonantzin-Guadalupe son la misma imagen que, desde hace milenios y hasta el día de hoy, sigue enseñando, inspirando, invitando a luchar y a crear un Mundo Nuevo, a todos los corazones aztecas-olmecas-toltecas en nuestra patria y en nuestra América que no se han dejado alienar-extranjerizar-derrotar!... No. Por favor, ¡no! Nada de “salvajes rudimentarios”, nada de “fanáticos” e “ignorantes”... “Salvajes rudimentarios” nosotros y nuestro pensamiento lineal, corto de miras, simplificador-distorsionador de lo real, reduccionista, “científico”, extranjerizado…

(El tema continuará próximamente)

Álvaro, Diácono en Resistencia