jueves, 24 de abril de 2008

LA LIBERACIÓN SURGIRÁ DE LOS POBRES

LA LIBERACIÓN SURGIRÁ DE LOS POBRES
(El “Nican Mopohua”)

1. Un Mensaje a través de Símbolos

El relato del Evento Guadalupe fue originalmente escrito en náhuatl. El nombre de este relato (“Nican Mopohua”) le viene de sus dos primeras palabras en náhuatl que significan “En orden y concierto” o “Aquí se narra”...

Lo sucedido en Tepeyac recogía el Proyecto Indígena de enseñanza-aprendizaje hacia una Nueva Civilización y, al mismo tiempo, formaba parte de la crítica severa que, a niveles más amplios, se empezaba a hacer al régimen colonial y a la “conquista espiritual” como una evangelización impuesta o acompañada por la espada...

Guadalupe es un Evento Náhuatl, pero más ampliamente era un Mensaje desde el indio y para el indio, encarnado en el conjunto de los valores culturales indios fundamentales...

El Nican Mopohua está escrito en el náhuatl “clásico”, lenguaje llano, directo, suave, preciso, elegante, sonoro, bello, profundo, altamente significativo y sublime. Pero es importante destacar, sobre todo, que el Nican Mopohua está escrito con lenguaje simbólico, es decir, con un lenguaje que además de la comunicación que hace mediante las palabras, tiene un sentido más allá de las palabras, más profundo, más significativo, más rico, más pleno. Si se conoce el eje simbólico náhuatl y se lee este documento a partir de los símbolos, su significado es muchísimo más vasto y sorprendente, y logra explicar, en cierta medida, por qué para el pueblo mexicano el Evento Guadalupano es tan importante y trascendente...

El símbolo, como significante, satura un significado (‘objeto’ o ‘cosa’) con una significación aún más rica que la que nos ofrece la palabra. La riqueza de esa significación está en que el símbolo acumula en sí mismo varios significados y varias significaciones. Así, por ejemplo, el símbolo “flor” (xóchitl) es un significante que al significado de ‘flor’ (como el objeto real ‘flor’) le da la significación de verdad, de belleza, de autenticidad, además del significado más general de ‘filosofía’. A esta ‘saturación’ contenida en xóchitl, añadamos que la cultura náhuatl exige en su estructura que la comunicación más profunda se haga mediante difrasismos, es decir, unión completiva de dos palabras o de dos símbolos para expresar o referirse a un tercer significado unitivo más vasto y completo... Como decía Don Ángel María Garibay, nos ponemos así ante una ‘angustia’ de significación que quiere ver las cosas desde todos los ángulos posibles...

Los símbolos no son los mismos en todas las culturas. Por ejemplo, no en todas las culturas la flor es símbolo de la verdad. Para determinar el significado y significación de un símbolo en una cultura es necesario recurrir a los mitos de esa misma cultura. Los mitos son las ‘historias’ o las ‘explicaciones’ que tiene una cultura, mediante los cuales se “clarifican” o se hacen “aceptables” las significaciones de los símbolos en los que están representados los valores, los antivalores, los problemas, las contradicciones y las soluciones fundamentales que posee esa cultura. Pero, además, otra función del mito consiste en dar a sus explicaciones y a sus símbolos un significado y un sentido permanentes, sincrónicos, que los pone en un instante en el pasado, en el presente y en el futuro. En este caso los mitos no son ‘históricos’, son más que históricos, se refieren a todos los momentos históricos y no solamente a uno solo. Así, por ejemplo, el pobre Nanahuatzin, sacrificado en el Mito del Quinto Sol, es el pobre de siempre, el que siempre es sacrificado y por cuyo esfuerzo vive el mundo de siempre, la sociedad de siempre, hasta que su sentido espiritual logre que nazca un mundo nuevo...

Esto que estamos explicando es fundamental porque el significado del simbolismo del Nican Mopohua no podrá traerse legítimamente sino de la misma mitología náhuatl... Si a un símbolo del Nican Mopohua le damos el significado o la significación de otra cultura, por ejemplo, de la hebrea, estaremos falseando y distorsionando al Nican Mopohua; es más, estaremos ofendiendo al pueblo y a la cultura náhuatl, porque de hecho ya le ha dado significado propio a sus símbolos y no tiene necesidad alguna de que se lo vengan a dar de fuera... Lo náhuatl le tiene que decir a las demás culturas lo que es lo náhuatl; a su vez la cultura náhuatl escucha lo que le dicen las demás, y cada una –por lo menos esa es la esperanza- se enriquece con lo que los sujetos de esa cultura aceptan...

Don Primo Feliciano Velázquez tradujo el relato del Nican Mopohua, en 1926, al castellano. Con ello indudablemente prestó un gran servicio al pueblo mexicano, en su mayoría ignorante ya del idioma de sus antepasados. Pero, al mismo tiempo, clausuró con ello el acceso a la riqueza encerrada en el texto original...

Por tal razón, en este trabajo iremos “leyendo” la traducción del original náhuatl, y al mismo tiempo iremos ahondando en los significados simbólicos más importantes de sus palabras o conjuntos de palabras. Así podremos constatar la enorme diferencia entre “leer” con una óptica no náhuatl (que de cualquier modo percibe hechos muy interesantes, pero los interpreta de manera muy simple y sin la riqueza que realmente contienen) y leer con una óptica náhuatl (que sorprende a quien lee así y lo hace parte de una “historia transhistórica” que lo interpela personalmente, lo ilumina, lo transforma, y lo hace tomar decisiones nuevas si esta “historia” se encuentra con alguna forma de ascendiente náhuatl en su interior)...


(Este artículo, basado en Flor y Canto del Tepeyac,
de Clodomiro L. Siller A., continuará próximamente)


Álvaro, Diácono en Resistencia

jueves, 17 de abril de 2008

¡ADELANTE LAS BRIGADAS!


¡ADELANTE LAS BRIGADAS!

CONSTRUYENDO SOBRE LAS RUINAS (2)


En mi casa ya no hay vida...

En mi patria hay sólo ruinas...

Sólo hay polvo y hay cenizas...

Destrucción, miedo y vacío...

Soledad, dolor y frío...

¡Oh, Señor, oye mi grito!... ¿Dónde estás?


Reflexionamos en la primera parte de la crisis sociopolítica y de valores que vivimos actualmente en México...


0. Una honda crisis


Y hablamos de tres actitudes o pasos que había que tomar frente a esta crisis:

1. Toma de conciencia y de decisión

2. Abrir los ojos

3. Quedarse y enfrentar el problema… Ponerse a trabajar


En esta segunda parte, plantearemos un importantísimo cuarto paso frente a cualquier crisis, especialmente respecto a la actual crisis mexicana:


4. Trabajar todos… juntos… cada uno frente al sitio que le toca…


Sigue contando la historia de Nehemías: “El sacerdote principal Eliasib y sus hermanos, los sacerdotes, se encargaron de construir la Puerta de las Ovejas. La hicieron, colocaron sus hojas y continuaron hasta la torre de Jananeel. Al lado de ellos trabajaron los de Jericó, y más allá Zacur, hijo de Emrí. De la puerta de los Peces se encargaron los hijos de Sena. La armaron y fijaron sus hojas, barras y goznes… A continuación reconstruyó Mesulam, hijo de Berequías, hijo de Mesezabel, y a su lado reparó Sadoc, hijo de Baaná” (Nehemías, 3,1-4)…

Este relato nos enseña que no fue un solo hombre, ni una sola familia la que reconstruyó las murallas… Fueron todas las familias… Fueron juntos todos… cada uno reparó el lugar que estaba frente a su casa... Esta es la cuarta cosa que logró Nehemías frente a la crisis y la destrucción: Que cada uno trabajara en el lugar que le tocaba...

Ha de ser lo mismo en nuestra Lucha y en nuestra Resistencia… No es cosa de uno solo. Tenemos personas grandes, generosas y valiosas en nuestro Movimiento, pero cada uno de nosotros tendrá que hacer lo que le toca si queremos que estén a salvo nuestras personas, nuestros hijos, nuestra Patria y nuestra civilización… Cada uno en su alma, en su matrimonio, en su familia, en su barrio, en su pueblo… Cada uno levantando su pedazo de muralla caída…

Por eso, releamos el relato y pongamos allí nuestros nombres y apellidos, porque esa vieja historia ilumina nuestra propia y nueva historia: A los López les toca reconstruir de aquí para allá… A los García les tocó desde ese lugar hasta ese otro… A los Hernández de allí para allá… A la Brigada Rosario Ibarra se le ha encargado tal sitio y tal actividad… A la Brigada Libertad se le ha pedido que resguarde aquel lugar específico… A la Brigada Quinto Sol se le ha responsabilizado de tal Acción de Resistencia… A los diputados y senadores –los dignos y libres- les toca tomar las tribunas legislativas... Cada quien su pedazo, cada quien su parte… Tod@s organizad@s, disciplinad@s y generos@s en la Lucha y en la Reconstrucción

Si alguien deja un boquete porque no quiso trabajar lo que le tocaba, junto con esa familia o esa Brigada estamos todos en peligro… Nuestros adversarios podrán infiltrarse, entrar y destruir si no trabajamos TODOS y JUNTOS…

¿Cuántos quieren que haya paz, justicia, libertad, democracia en todo el mundo?.... ¿Y cuántos tienen paz, justicia, libertad, democracia en su propia casa, en su colonia, en su municipio?... Si cada uno desde su propio lugar, en los metros cuadrados que le tocan de familia, de vecindario, de sociedad, empieza a “construir la paz, la justicia, la libertad, la democracia” entonces podrán generarse todos esos valores en el mundo… Porque la paz del mundo, su justicia, su libertad, su democracia es la suma de los pedacitos del mundo que son cada una de nuestras casas y pueblos…

Cada uno hemos de trabajar en donde estamos colocados. Con lo que somos y tenemos. Con nuestras cualidades, pero también con nuestras carencias y limitaciones… Tal vez has de comenzar por trabajar en ti mismo… ¡Reconstrúyete, hermano! ¡Levántate, compañer@ de Lucha!... Tú eres, tal vez una muralla destruida y en ruinas. Eres un boquete que pone en peligro a tu familia, a México, al Movimiento hacia una Nueva República… ¡Levántate! ¡Sánate! ¡Vuelve a la Lucha y a la Resistencia!... ¡Reencuentra la esperanza! ¡Empieza de nuevo!... ¡Continúa la lucha, sin desmayar! ¡Aunque duela! ¡Aunque sangres! ¡Aunque no puedas más!...


“Hijo, ¡tú no tengas miedo!...

¡En mis brazos yo te llevo!

¡Tu País está en mi Pecho!

¡Sólo mira bien tu alma!

¡Y encontrarás la esperanza!

¡Con tu fe... nuevas murallas... construirás!”


No pienses que el trabajo es de los demás… Tú también tienes que reconstruir y cambiar la porción de mundo que te toca comenzando por ti mismo y luego con los que te rodean y luego incluso más allá, mirando al mundo, mirando a tu país… La paz en ti… La justicia en tu familia… La libertad en medio de tu municipio y de tu estado… La democracia real y verdadera en nuestra Patria…

¿Andan mal las cosas en el mundo y en México?... Comencemos a que anden bien en lo que de nosotros depende, en lo que a nosotros nos toca… Tal vez no podrás cambiar el mundo… Tal vez no podrás cambiar a tu familia… Bueno, tal vez ni siquiera podrás cambiarte a ti mismo… Pero puedes luchar, puedes intentar, puedes resistir… Puedes sembrar las mejores semillas que hay en tu corazón por los caminos en los que toque transitar y dejar que el tiempo y la magia de la vida hagan brotar las flores y los frutos…

Tal vez haya cien boquetes en tu alma… Te sientes débil y egoísta e incapaz de perseverar… Cientos de hoyos en las murallas de tu espíritu que no te permiten ser el papá o la mamá o el esposo o la esposa o el hijo o la hija, o el ciudadano o ciudadana que tú quisieras… Pero hoy esta historia bíblica y la propia situación mexicana te invitan a levantarte y comenzar a hacer mezcla y pegar algunos ladrillos, al menos en uno de los boquetes de tu corazón o de tu casa o de tu pueblo… Un hoyo a la vez, compañer@… Un ladrillo a la vez… Tu alma, y tu familia, y tu serán un poco mejor hoy con el ladrillo que hoy pongas, con la semilla que hoy siembres… No quieras ya hoy mismo toda la muralla… Ve poco a poco… Confía en los demás… Confía en Dios… Confía en el tiempo… Confía en el interior de tu interior…

No esperes a que México y el mundo cambien. Empieza a cambiar tú… No esperes a que los demás se esfuercen o trabajen. Esfuérzate tú y ponte a trabajar tú en la parte que te toca… No importa si son tareas pequeñas o grandes… No importa si a veces sí y a veces no… No importa si a veces menos y a veces más… Trabaja colocando los ladrillos que hoy te sean posibles. Siembra hoy las mejores semillas que tengas en el jardín de tu corazón… Eso es lo único que Dios y/o tu humanismo te piden. No te piden toda la muralla y ya hoy mismo. Dios, y lo mejor de tu corazón, sólo te piden la fe o la esperanza o el amor que puedas dar hoy…

No pongamos ya más pretextos… “Es que los demás”… ¡Nosotros somos los demás de los demás!... “Es que la gente”… Nosotros también somos gente… No cometamos el error de juzgar a los demás, compañer@s de combate. ¡Juzguémonos a nosotros mismos!... No nos entretengamos en ver los errores y defectos y las incongruencias de otr@s... Fijémonos en nuestros propios agujeros… Mirémoslos con mucho cuidado… Y pongámonos de pie… Y comencemos a reconstruir la parte de muralla que nos toca…


¡Levantemos la muralla!

¡Cada uno en su lugar!

¡Continuemos la batalla!

¡No dejemos de pelear!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡No haya nada que nos haga claudicar!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡Trabajemos... en la Obra... hasta el final!


(Este tema continuará próximamente)


Álvaro, Diácono en Resistencia

miércoles, 2 de abril de 2008

CONSTRUYENDO SOBRE LAS RUINAS


CONSTRUYENDO SOBRE LAS RUINAS


En mi casa ya no hay vida...

En mi patria hay sólo ruinas...

Sólo hay polvo y hay cenizas...

Destrucción, miedo y vacío...

Soledad, dolor y frío...

¡Oh, Señor, oye mi grito!... ¿Dónde estás?


0. Una honda crisis

México vive una de las crisis más hondas de su historia... Los ricos y poderosos se están robando el País, se lo están comiendo, lo están despedazando... La mentira, la hipocresía, el cinismo, son las armas “de precisión” que lo están dejando en ruinas... La pobreza, la enorme desigualdad, el sufrimiento de nuestro pueblo crecen sin que, al parecer, nada ni nadie quieran y puedan evitarlo... ¿Cómo una persona espiritual vive en medio de una crisis como esta, cómo la enfrenta?... Tal vez el siguiente relato pueda alumbrar un poco en medio de esta noche mexicana...

En el mes de Nisán, el año veinte del rey Artajerjes, estaba cumpliendo mi oficio de copero. Tomé el vino y lo presenté al rey. Anteriormente, nunca había estado triste ante él. Me dijo entonces el rey: ‘¿Por qué esa cara tan triste? Tú no estás enfermo. ¿Acaso estás preocupado por algo?’. Yo quedé indeciso. Y dije: ‘Viva por siempre el rey. ¿Cómo no he de tener tristeza, cuando la ciudad donde están las tumbas de mis padres se encuentra en ruinas, y sus puertas quemadas?’. El rey me dijo: ‘¿Qué deseas entonces?’. Pedí ayuda al cielo y le dije al rey: ‘Si al rey le parece bien y está conforme con mi trabajo, mándeme al país de Judá, a la ciudad en que se encuentran las tumbas de mis padres, para que yo la edifique de nuevo’... Y él me permitió salir... y emprendí el camino hacia mi pueblo ” (Nehemías 2,1-6)...


1. Toma de conciencia y de decisión

Nehemías, en aquel entonces, como much@s mexican@s hoy, estaba “bien” a pesar de la crisis de su pueblo. Tenía un gran empleo con excelente salario y privilegios (“Copero del rey”)... Estaba “lejos” de su pueblo y pudo hacerse el desentendido... Vivía tranquilo y contento y pudo simplemente “dedicarse a sus asuntos”... Pero no. Se puso triste (“No puedo sentir felicidad ni paz mientras mi pueblo está en ruinas”)... Le habrán dicho sus amigos que no se metiera en problemas “ajenos”, que él tenía una “familia” y un trabajo qué atender, que se olvidara de su pueblo... Sin embargo, él, como también much@s mexican@s que están “bien” pero saben mirar al frente y hacia atrás y a los lados, se dio cuenta de que aquellos problemas “ajenos” en realidad eran también suyos. Él se comprendía como parte de un barco que se estaba hundiendo y no habría de dejarse hundir junto con todos alegando que “el barco no es suyo”... Proteger “mi casa”, “mi familia”, no es suficiente. Hay que poner murallas para proteger “todas las casas” si realmente queremos estar a salvo todos... Nehemías, como much@s hoy en México, seguramente pensó: No es cuestión de “yo resuelvo mis problemas y que los demás vean lo que hacen con los suyos”... Tomó conciencia. Tomó decisión (“Déjame ir a reconstruir la ciudad de mis padres”). Y, como tú y como yo y como much@s, “se puso en camino” a tratar de hacer algo...

Sigue contando la historia: “Llegué a Jerusalén y estuve allí tres días. Luego me levanté de noche, acompañado de unos pocos hombres, sin decir a nadie lo que yo pensaba hacer en Jerusalén, según mi Dios me lo había inspirado. Llevando únicamente el caballo en que iba montado, salí de noche por la Puerta del Basural. Observé la muralla de Jerusalén arruinada y las puertas quemadas. Seguí hasta la Puerta de la Fuente y el estanque del rey, pero no había por donde pudiera pasar mi caballo. Entonces subí de noche por la barranca. Observé cómo estaba la muralla y volví a entrar por la Puerta del Valle. Luego regresé a la casa. Los consejeros no supieron dónde había ido ni lo que había hecho. Hasta este momento no les había dicho nada a los judíos, ni a los consejeros, ni a los sacerdotes, ni a los notables, ni a ninguno de los que tenían un cargo público” (Nehemías 2,11-16)...


2. Abrir los ojos

¿Qué es lo segundo que hace Nehemías? Abrir los ojos (lo que se llama en Sociología y en Teología el “análisis de la realidad”)... Se puso a inspeccionar y a descubrir lo que necesitaba reconstrucción… Porque... no podemos tener los ojos cerrados… Tenemos que ver dónde están los boquetes y cuáles son las partes más vulnerables... Mucha gente “religiosa” –que no espiritual- cree que hay que “cerrar los ojos al mundo” y a sus problemas... Much@s mexican@s, por desgracia, no quieren ver, ni pensar, ni trabajar: “Yo con nadie me meto... yo a nadie le hablo”... “No le des importancia”... “Ya pasará, ya se solucionará”... “No hay remedio”... “¿Para qué le mueves?”... Much@s agarran su trabajo o sus bienes o su vicio o lo que sea, para “no ver”... Much@s agarran la tele o l@s amig@s o las diversiones para “no darse cuenta”... como el avestruz –que mete su pequeña cabeza en un agujero creyendo que así el cazador no le va a ver ni a dañar-...

Continúa Nehemías su relato: “Entonces les dije: ‘Ustedes mismos ven la triste situación en que nos encontramos por el hecho de que Jerusalén está en ruinas y sus puertas quemadas. Vamos a levantar de nuevo la muralla de Jerusalén y a terminar con esta situación humillante’. Y les conté cómo la mano bondadosa de Dios me había ayudado, y lo que el rey me había dicho. Todos dijeron: ‘Pongámonos a trabajar’. Y se animaron unos a otros para realizar esta buena obra” (Nehemías 2,17-18)...


“Hijo, ¡tú no tengas miedo!...

¡En mis brazos yo te llevo!

¡Tu País está en mi Pecho!

¡Sólo mira bien tu alma!

¡Y encontrarás la esperanza!

¡Con tu fe... nuevas murallas... construirás!”


3. Quedarse y enfrentar el problema… Ponerse a trabajar

Muchos, ante los problemas, se marchan, le sacan la vuelta… ¿Qué es lo tercero que hace Nehemías una vez que descubrió la magnitud del problema? Quedarse y enfrentar el problema... Ponerse a trabajar...

Ver los problemas de tu persona, de tu pueblo, de tu País no es para que te decepciones y abandones sino para que brote el deseo en tu corazón de mejorar las cosas, de cambiar las cosas, de ayudar en la reconstrucción de lo que se está destruyendo… No basta con saber lo que pasa… Hay que ponerse a trabajar para solucionar esos problemas… Sin desánimo, ni desesperación…

Jesús, en su propia lucha por la liberación de su pueblo, nos da ejemplo de esto cuando en su vía crucis doloroso “le ofrecieron hiel y vinagre” y “él no lo quiso tomar” (Era una sustancia para que no le doliera, para “dormir”, como un anestésico)… Jesús dijo: “No. Muchas gracias. Quiero estar bien despierto”… Jesús nos enseña a enfrentar “conscientes” nuestros problemas…

¿Cuántas personas en México, cuando ven a su familia o a su sociedad o a su País en proceso de destrucción o ya en ruinas, huyen del problema “durmiendo” y “anestesiándose” con alcohol o tele o indiferencia o lo que sea para no saber, para no sentir?...

No. Nada de abandonar. Nehemías les dijo: ¿Ya se dieron cuenta cómo estamos? Pues… ¡¡¡A trabajar!!!.... ¡¡¡A levantar las murallas!!!... ¡¡¡A reconstruir el País!!!... Sí. Hay serios problemas económicos, políticos y sociales. Sí. Hay mucha corrupción e impunidad. Sí… Pero no hay que perder la esperanza. Hay que levantarse de las ruinas de nuestra vida y empezar a reconstruir de nuevo una existencia feliz. O hay que comenzar a hacer que suceda…

Nehemías, en su tiempo y en sus circunstancias, como much@s mexican@s aquí en México, ante los enormes boquetes y ante la devastación no se sentó a llorar o a escupir quejas amargas. Se puso a buscar quiénes podrían ayudarle y se puso a trabajar… Es esta la postura de una persona verdaderamente espiritual, de una persona con un mínimo de humanidad, ante cualquier crisis, sea personal o familiar o social…


¡Levantemos la muralla!

¡Cada uno en su lugar!

¡Continuemos la batalla!

¡No dejemos de pelear!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡No haya nada que nos haga claudicar!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡Trabajemos... en la Obra... hasta el final!


(Este tema continuará próximamente)


Álvaro, Diácono en Resistencia